La educación 100% online ha dejado de ser una simple alternativa para consolidarse como una modalidad educativa válida, eficiente y con proyección de futuro. Así lo afirma Albert Sangrà, miembro de la Junta Directiva de IACC y director de la Cátedra UNESCO de la Universitat Oberta de Catalunya. Durante su reciente visita a Santiago, el experto en enseñanza digital compartió reflexiones clave sobre el futuro de la educación en un mundo cada vez más tecnologizado.
Educación a distancia: una historia que trasciende la pandemia
Aunque la educación online se popularizó durante la pandemia del COVID-19, Sangrà destaca que esta modalidad tiene una historia mucho más extensa. Desde las cartas de San Pablo a las comunidades cristianas hasta los escritos pedagógicos de Séneca, el aprendizaje a distancia ha evolucionado al ritmo de las tecnologías, declaró al diario El País.
“Lo que hicimos durante la pandemia fue lo que pudimos, pero no lo que teníamos que haber hecho”, afirma Sangrà. La verdadera educación digital, explica, requiere diseños específicos adaptados al contexto online, con materiales, recursos y sistemas que fomenten una comunicación fluida entre todos los agentes educativos.
A pesar del escepticismo que quedó tras la pandemia, Sangrà asegura que “no es cierto que no se pueda aprender igual de bien de forma online que presencialmente”. Numerosos estudios respaldan la eficacia de la educación digital, como lo reflejan datos internacionales: en España, el 16% de los estudiantes universitarios opta por la modalidad online; en Estados Unidos, la cifra alcanza el 31%, y en Australia, el 28%.
El experto también proyecta un futuro dominado por modelos híbridos y 100% online, en respuesta a las crecientes demandas de flexibilidad de estudiantes adultos y la influencia de las tecnologías en la educación. “Quedarán muy pocas instituciones exclusivamente presenciales”, sentencia.
Inteligencia artificial: respeto, prudencia y esperanza
Otro tema clave abordado por Sangrà es la inteligencia artificial (IA). Lejos de fomentar el miedo, invita a observar esta tecnología con prudencia y optimismo: “Estoy seguro de que nos va a aportar cosas muy valiosas”. Frente a herramientas como ChatGPT, recalca la importancia de rediseñar los procesos de enseñanza y evaluación para aprovechar su potencial y evitar caer en metodologías obsoletas.
En cuanto a la educación de primera infancia, Sangrà insta a no prohibir el uso de tecnologías, sino a gestionarlo de manera responsable. “No podemos formar a los niños en la ausencia absoluta de un elemento que existe en nuestra sociedad”, argumenta. Propone un enfoque que compense los riesgos sin renunciar a los beneficios.
En el Instituto Profesional IACC compartimos la visión de Albert Sangrà: la educación 100% online es una oportunidad para transformar vidas y democratizar el acceso al conocimiento. Estamos comprometidos en ofrecer una experiencia educativa diseñada para el éxito de nuestros estudiantes, integrando tecnologías que potencien el aprendizaje y respondan a las necesidades del mundo actual.
El futuro de la educación ya está aquí, y en IACC trabajamos para que sea inclusivo, flexible y de calidad.
Fuentes: el país.com y Radio ADN