La reciente sustracción de una bebé en el hospital de Temuco ha puesto en el foco la seguridad en centros asistenciales, pero también la salud mental materna y la importancia del acompañamiento psicológico tras una muerte gestacional, perinatal y tras un hecho tan traumático como el robo de un hijo a horas de haber nacido.
Esto al saber que la mujer que sacó a la lactante, estaría cursando un trastorno psicológico luego de una pérdida gestacional, según informó su hijo y el abogado defensor.
Karen Mella, psicóloga y jefe disciplinar de Desarrollo Social en el Instituto Profesional IACC, abordó este delicado tema, para referirse a cómo una mujer o las familias viven una pérdida de este tipo, muchas veces sin validar y apoyar las emociones de quienes atraviesan este doloroso proceso.
«Como sociedad estamos al debe sobre no minimizar lo que está sintiendo una persona que ha tenido una pérdida, un duelo perinatal o gestacional y entender que debemos aprender a validar las emociones», sostiene Mella. «Vemos todos los factores psicológicos y psiquiátricos que estaba afrontando esta persona que no era haber afrontado la pérdida de este bebé, ella todavía no contaba sobre su pérdida».
La especialista señaló que la falta de reconocimiento y apoyo adecuado puede llevar a consecuencias graves. «Comenzar como sociedad a valorar lo que está sucediendo con las emociones, con el entorno, trabajar en políticas públicas y normativas que den un acompañamiento en temas de duelo perinatal es crucial».
A pesar de la existencia de la Ley Dominga, que promueve el acompañamiento en casos de pérdida gestacional, Mella señaló que aún hay mucho por hacer. «Si bien contamos con la ley Dominga, no hay normativas sobre cómo hacemos el acompañamiento”. Respecto de la salud mental, sostuvo que “hoy recae el costo social y económico en las familias, y no todas están preparadas para un tratamiento».
«Lo que sucede en la normalidad de estos casos es que cuando se generan estos procesos de duelo, es invisible y muy silencioso. No se manifiesta la pérdida porque sigo haciendo mi vida normal», explicó Mella.
Señales de alerta y necesidad de contención
La psicóloga advirtió sobre las señales de alerta que pueden indicar un problema subyacente. «Cambios abruptos de las emociones, del estado de ánimo en cómo voy de un estado de tristeza a un estado de ansiedad, donde estoy muy efusiva o donde oculta información». Estos indicadores, señaló, deben ser atendidos.
«Más que tratar de ser comprensivo, es importante escuchar a la persona, abrir el espacio para que converse, que hable lo que está sintiendo, sin juicios», recomendó. «Dejemos que la persona nos cuente sin tratar de minimizar el dolor que está viviendo».
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