“Las redes sociales están haciendo daño a nuestros niños y yo le voy a poner fin”, declaró el primer ministro de Australia, Anthony Albanese, al presentar una ley que establecerá un límite de edad de 16 años para el uso de redes sociales, obligando a las plataformas a asegurar su cumplimiento. Esta medida se suma a las iniciativas que buscan regular el acceso a la tecnología en diferentes lugares del mundo, como la prohibición del uso de celulares en colegios municipales de Las Condes.
Pero ¿es la prohibición la mejor solución?
Evelyn Carreño, jefa disciplinar del área de Educación y Psicopedagogía de IACC, señaló que «el uso excesivo de pantallas no solo afecta a niños, niñas y adolescentes, sino también a adultos. La gran diferencia radica en que hasta los 25 años el cerebro aún está en pleno desarrollo, lo que requiere estímulos adecuados para generar conexiones, aprendizajes, experiencias y facilitar la interacción social».
Sin embargo, Carreño advirtió que “no podemos desconocer el aporte que las tecnologías han tenido en nuestra sociedad. Cuando se usan de manera adecuada, en función de la edad y tiempo, pueden resultar beneficiosas para quienes ya han integrado el lenguaje digital. En este sentido, es fundamental que niños y niñas comprendan no solo los riesgos, sino también los beneficios del uso responsable de estas herramientas”.
La especialista remarcó la importancia del rol de los adultos: “Debemos mantenernos informados sobre los cambios tecnológicos y contar con el conocimiento necesario para orientar a nuestros hijos e hijas. Más que prohibir, lo importante es acompañar y educar en el uso de las redes sociales, según la etapa de desarrollo de cada niño o niña”.
Carreño subrayó que “las prohibiciones absolutas pueden llevar a los adolescentes a buscar otros medios para acceder a las tecnologías. Por ello, la prevención y la educación juegan un rol clave. Es crucial enseñarles en qué aspectos deben tener cuidado, estar atentos y valorar sus procesos, integrándonos en su mundo para generar lazos de confianza”.
Desde el instituto profesional de IACC, donde hay un compromiso con la formación integral de las y los profesionales del futuro, se pone énfasis en la necesidad de promover la educación tecnológica responsable y consciente.