Recientemente se publicó un artículo con la visión de la enfermera estadounidense Melanie Hempe, quien planteó que “Los teléfonos están creando niños inseguros”.
Según su visión, recogida por El Mercurio, durante el ejercicio de su profesión y observando el comportamiento de diversas familias, “aprendió que tanto los juegos en línea como las redes sociales activan el circuito de recompensa del cerebro (la red de conexiones neurales relacionada con la motivación, el placer, el aprendizaje y el comportamiento adictivo) del mismo modo en que lo hacen el alcohol o las drogas”.
Si bien dijo no estar en contra del uso de nuevas tecnologías con fines educativos, en el contexto escolar, planteó que “el mayor riesgo está en el uso libre y solitario de pantallas como fuente de entretención”.
Evelyn Carreño, jefa disciplinar del área de Educación y Psicopedagogía de IACC, señaló que «el uso excesivo de pantallas no solo afecta a niños, niñas y adolescentes, sino también a adultos. La gran diferencia radica en que hasta los 25 años el cerebro aún se encuentra en pleno desarrollo, lo que requiere estímulos adecuados para generar conexiones, aprendizajes, experiencias y facilitar la interacción social».
No obstante, Carreño enfatizó que «no podemos desconocer el aporte que las tecnologías han tenido en nuestra sociedad. Cuando se usan de manera adecuada, en función de la edad y tiempo, pueden resultar beneficiosas para quienes ya han integrado el lenguaje digital. En este sentido, es fundamental que niños y niñas comprendan no solo los riesgos, sino también los beneficios del uso responsable de estas herramientas».
La experta subrayó que los adultos «debemos mantenernos informados sobre los cambios en las tecnologías y contar con el conocimiento necesario para orientar a nuestros hijos e hijas. Más que prohibir, lo importante es acompañar y educar en el uso de las redes sociales, según la etapa de desarrollo de cada niño o niña».
Carreño destacó que «las prohibiciones absolutas pueden llevar a los adolescentes a buscar otros medios para acceder a las tecnologías. Por ello, la prevención y la educación juegan un rol clave. Es crucial enseñarles en qué aspectos deben tener cuidado, estar atentos y valorar sus procesos, integrándonos en su mundo para generar lazos de confianza».
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