Un tema recurrente cuando pensamos en educación y salud mental es el uso de pantallas en niños, niñas y jóvenes, algo que se volvió a poner en el tapete con la entrevista de este fin de semana en El Mercurio a Jonathan Haidt, destacado psicólogo social estadounidense y autor del libro: “La generación ansiosa” Por qué las redes sociales están causando una epidemia de enfermedades mentales entre nuestros jóvenes.
Al revisar sus respuestas el especialista planteó entre otras cosas que, “estoy seguro, en un 90 por ciento, de que la infancia basada en el teléfono está bloqueando el desarrollo de millones de jóvenes en el mundo. Les provoca ansiedad y depresión en cantidades nunca vistas y está interfiriendo en su educación”.
Estudios como la séptima Radiografía Digital de Niños, Niñas y Adolescentes, desarrollada por ClaroVTR junto a Criteria, revelan de los 1.000 estudiantes encuestados, entre 8 y 17 años, indicaron que pasan un 83% de su tiempo conectados a internet.
Frente a estos datos y a la visión de Haidt, Christel Manterola, Coordinadora Académica del área de Educación y Psicopedagogía de la Escuela de Desarrollo Social y Educación de IACC, sostuvo que “claramente un uso excesivo de pantallas genera ansiedad no solo en niños, niñas y adolescentes, también en los adultos, la diferencia es que hasta los 25 años el cerebro aún está en desarrollo y necesita de estímulos adecuados para generar conexiones, aprendizajes, experiencias, conectar socialmente con otros y otras”.
“Sin embargo, no podemos desconocer, que el uso de las tecnologías son una contribución social, y su uso según edad, y en tiempo pueden ser beneficioso para quienes tienen ya incorporado un lenguaje digital. En esa línea es muy importante, que niños y niñas tengan claros cuáles son sus riesgos, pero también los beneficios”, indicó.
Por otra parte, los adultos debemos tener la información adecuada respecto de los cambios en las tecnologías, saber qué están viendo nuestros hijos e hijas y cuánto tiempo.
La especialista cree que los adultos “debemos estar atentos a los cambios en las tecnologías, tener la información adecuada para orientar a nuestros hijos e hijas. En una cultura tecnológica, el restringir depende de la edad, pero por sobre todo es clave acompañar y educar en función de las redes sociales”.
“A veces cuando existe una prohibición absoluta, de igual forma hay otros medios a los que podrían acceder los adolescentes, por eso un rol importante es la prevención y la educación”, agregó puntualizando, además, que “es importante mostrar en qué aspectos deben tener cuidado, estar al tanto y valorar sus procesos, ser parte de su mundo para generar nexos de confianza”, puntualizó.
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