En la era digital, cada vez más niños y niñas pasan largas horas frente a dispositivos electrónicos, televisión y, especialmente durante el otoño e invierno, dentro de casa. Si bien la tecnología puede ser una herramienta valiosa para el aprendizaje y la creatividad, el exceso de pantallas está generando una preocupante tendencia hacia el sedentarismo en la población infantil.
Según un estudio internacional liderado por universidades e instituciones de EE.UU., Australia, Irlanda y Francia, en 2022 Chile mostró altos índices de obesidad, con una prevalencia que alcanzó un alarmante 20% en niñas y un 30% en niños. Entre los factores que se han identificado, el auge de las pantallas y el sedentarismo son elementos cruciales que no solo afectan la salud física, sino también la salud mental de niños, niñas y adolescentes.
Evelyn Carreño, jefa Disciplinar del área de Educación en la Escuela de Desarrollo Social y Educación, advirtió que «la falta de actividad física se correlaciona con problemas como ansiedad, depresión e incluso una disminución de la autoestima y el bienestar emocional en aquellos que llevan una vida sedentaria».
La especialista subrayó la importancia de la actividad física y el contacto con espacios naturales para contrarrestar estos efectos negativos. «Estar en contacto con la naturaleza puede reducir los niveles de estrés, lo que conduce a una sensación de calma y relajación», señaló. En este sentido, además, recomendó buscar espacios para realizar actividad física, “ya sea caminar, andar en bicicleta o seguir rutinas de ejercicio en casa, manteniendo un equilibrio con el uso de pantallas”.
Además, Carreño enfatizó la necesidad de políticas públicas que promuevan entornos seguros y activos, así como programas escolares que fomenten la actividad física y el juego al aire libre. «Es fundamental trabajar en conjunto para contrarrestar los efectos del sedentarismo en la salud mental de niños y niñas», concluyó.