Un estudio del área educativa del Banco Mundial reveló que el 80% de los niños latinoamericanos de primaria no es capaz de leer un texto sencillo, lo cual es preocupante, especialmente en nuestro país que está incluido en la investigación.
La pandemia agravó aún más esta problemática, afectando las capacidades de lecto-escritura de los niños más vulnerables, quienes aún tratan de ponerse al día en sus conocimientos y habilidades. Sin embargo, existen maneras de solucionarla.
Una de las formas más efectivas de reforzar la lecto-escritura en los niños es mediante la intervención práctica y la entrega de herramientas didácticas y de aprendizaje en las zonas donde más se necesite, por ejemplo, en las zonas rurales. Además, es esencial incluir la participación de las familias en el proceso.