A diario convivimos con procesos industriales, aunque muchas veces no nos damos cuenta. Cuando vas en auto, te tomas un café u ocupas tu laptop, estás utilizando productos que fueron resultado de complejas transformaciones y que, gracias a ellas, se hace más fácil la vida.
Inglaterra fue uno de los primeros países en experimentar la industrialización en 1760 transformando la sociedad en aspectos económicos, tecnológicos y sociales. A esto se le llamó Revolución Industrial y, con el paso del tiempo, fueron cada vez más lo países que adoptaron la producción en masa.
Hablamos de procesos industriales que implican cambios físicos, eléctricos, mecánicos y/o químicos con el fin de fabricar un bien de consumo. Esta serie de procesos suelen ser llevados a gran escala y forman parte de un mismo ciclo.
La RAE explica el término “proceso” como un conjunto de fases sucesivas de un fenómeno natural o de una operación artificial, de igual forma, considera “industria” como las operaciones materiales ejecutadas para la obtención, transformación o transporte de uno o varios productos naturales.
En otras palabras, los procesos industriales se entienden como flujos continuos de trabajo para la obtención de un producto que utilizarás en tu día a día o servirá para trabajar con ellos, por ejemplo, aquellos que convierten materiales en herramientas.
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Los procesos de transformación varían según el producto que se busca obtener, es por ello que se pueden identificar cuatro tipos:
Los procesos continuos se integran de líneas de trabajo enfocadas en producir el mismo objeto. Por consiguiente, su proceso de elaboración se efectúa en el trascurso un tiempo determinado y siempre de forma continuada.
Esta operación se realiza a través de un proceso bien definido y es la más antigua de todas. Su objetivo central trata en fusionar materia prima y luego convertirla mediante circunstancias determinadas. Otra característica de esta producción es que se llevan a cabo etapa por etapa, para pasar al paso siguiente el producto debe haber terminado la anterior.
Son las que se realizan para crear un solo producto a la vez. Suelen ser productos de grandes tamaños como autos o barcos y se trabajan varios procesos en una misma ubicación.
Este tipo de operación tiene similitudes con las continuas, pero este trabaja en torno a etapas de producción y etapas de receso. Se opera a mayor volumen de producción, menor presupuesto y más depreciación del producto. Los lápices son un ejemplo de este tipo de proceso industrial.
Un ejemplo de proceso continuo es el de la fabricación de papel, donde se utilizan recursos naturales inicialmente y a través de diversas transformaciones químicas se llega al resultado esperado como se explica a continuación:
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